LA HISTORIA DEL CAMARERO FANTASMA
No, no se trata de un tabernero chulesco que te vacila cuando le pides una cerveza –que los hay, pero esos, por suerte, dan más risa que miedo–. Todo el mundo conoce a alguien que conoce a alguien que, estando de viaje, se fue a tomar una copa a un bar solitario del pueblo en el que se alojaba. Para pasar el rato y desconectar tras muchas horas al volante, el conductor consume varios gin & tonics en animada conversación con el camarero. Según la leyenda, el forastero vuelve al día siguiente y se encuentra con otro barman. Al preguntar por su compañero, si es que ese día libra, se entera con estupefacción de que el establecimiento había estado cerrado la noche anterior. Ahora mismo todos estamos visualizando un bar de carretera cercano a un polvoriento motel de la ruta 66, pero el caso es que esta leyenda también tiene su versión celtibérica.
No comments:
Post a Comment